Recorriendo algunas páginas web explícitas donde hombres y mujeres buscan encuentros sexuales -o simplemente se masturban viendo fotos colgadas por los usuarios- resulta impactante ver cuántos perfiles insisten en que las mamadas deben ser “hasta el final” y el sexo exclusivamente “a pelo”.
Al hablar de sexo con distintas parejas, a poco que indagues, descubrirás cuán frecuente es oír que “no se cuidan”, o que “ella sí que se cuida, toma la píldora”.
Hablemos de infecciones de transmisión sexual porque el riesgo de contraer y desarrollar enfermedad no ha desaparecido de tu mundo y, sin embargo, algunas prácticas de riesgo están empezando a generalizarse. Podemos meditar cómo estamos manejando el riesgo y el placer. Evitando caer en la crítica y manteniendo el máximo respeto hacia las preferencias de cada uno, innegablemente el que una noche loca tenga como precio infectarte de una ITS es un riesgo que debes valorar. Sobre todo porque hay alternativas a follar/coger “a pelo” y haciendo uso de una de ellas podrías evitar "pillarlas".
La pareja es una unidad imperfecta –qué duda cabe- entre dos seres igualmente imperfectos. ¿Qué garantía tienes tú de ser la única persona en el mundo con la que está follando tu pareja? La confianza no está reñida con el cuidado. Aún queriendo y respetando a nuestra pareja, conviene admitir que no sería imposible que uno de los dos tenga eventualmente una aventurilla, o una "cana al aire".
La reflexión es medio válida solamente. Si yo puedo elegir un método anticonceptivo que no condicione la espontaneidad de la relación sexual, voy a usar preservativo porque no debo confiar en la fidelidad de mi novio? Y sólo puedo confiar en él cuando busco quedarme embarazada? Sin ánimo de ofender, pero esa visión maquinista de la reproducción se parece a la de grupos religiosos bastante retrógrados.
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