"El triunfo de Baco" de Pietro da Cortona (1625) Dionisio , el dios del vino, la fertilidad, el trance y la mente inconsciente, emprende un viaje desde Oriente que no solo marca su propia trascendencia, sino que transforma las tierras y las culturas que toca con su presencia. Este recorrido, lleno de exuberancia y fervor, es acompañado por un séquito singular, un grupo que refleja la profundidad y la vitalidad del mundo que Dionisio representa. El dios, nacido en Tebas pero vinculado profundamente con el valle del Indo, reúne a su alrededor una variedad de seres que encarnan tanto los aspectos salvajes como los civilizados de su dominio. Entre ellos se encuentran los sátiros , criaturas con torso y rostros humanos y patas y cuernos de cabra, que representan la naturaleza indomable y el gozo desenfrenado. Junto a ellos, las ménades , mujeres inspiradas por la esencia de Dionisio, danzan frenéticamente, envueltas en éxtasis y en trance, celebrando la conexión con lo divino y ...