Desde el solsticio de invierno y hasta el fin del año, la noche crece día a día. En el silencio del riguroso invierno encontramos un momento para pensar en todos aquellos que sufren: los que están enfermos, los que han recibido un diagnóstico nefasto, los que acaban de marcharse. Por todos ellos elevemos juntos un ruego y hermanemos nuestros corazones: «Qui me exaudivit in die tribulationis meæ, salvum me faciat». Que quien los escuche los salve. Cada noche dejamos fuera de casa un farol con un cirio encendido, con la esperanza de que esa luz y ese calor alivien sus corazones.
"Sísifo" por Giovan Battista Langetti (1660) I. Sísifo Sísifo fue un personaje de origen divino, ya que las fuentes antiguas, como Hesíodo , lo consideran hijo de Eolo -guardián de los vientos- y Enáreta . Fue el fundador y rey de Éfira , la ciudad que más tarde se conocería como Corinto , gobernando con fama de ser un soberano astuto pero también impío. Según las tradiciones, se casó con la pléyade Mérope , hija del titán Atlas , y de esta unión nació su hijo y heredero, Glauco . Otras versiones, como la recogida por el geógrafo Pausanias , también le atribuyen la paternidad de Ornición , héroe epónimo de Ornia en la Argólida . Sísifo era famoso por su astucia y por engañar tanto a dioses como a hombres. Se decía que había estafado a los viajeros y violado las leyes de hospitalidad, acumulando culpas que lo hacían indigno de la benevolencia divina. El límite de la paciencia de Zeus fue sobrepasado cuando Sísifo reveló a Asopo , dios-río, que su hija Egi...