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Los pájaros del Estínfalo

  I.  El quinto trabajo de Heracles Los pájaros del Estínfalo , según relata pseudo-Apolodoro en “Biblioteca  poseían picos, alas y garras de bronce, y su naturaleza híbrida entre ave y armamento los convertía en una plaga singular. Su veneno -ya fuera mediante sus excrementos corrosivos o su capacidad para lanzar sus plumas como dardos- contaminaba las aguas del lago Estínfalo en Arcadia y esterilizaba los campos circundantes. Esta corrupción activa del entorno los distingue de otras bestias, representando tanto un peligro para la integridad de la población como para el ecosistema. La elección del bronce como material de sus cuerpos conecta estas aves con la Edad de los Héroes , representando belicosidad a la vez que destrucción ambiental. Como señala Diodoro Sículo en “Biblioteca Histórica” , los pájaros habían convertido una región fértil en "un lugar intransitable", estableciendo su dominio a través de la contaminación. Su invasión no era meramente territorial, si...
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Hércules y el cuarto trabajo: la cierva del monte Cerinea

  I. La naturaleza de la bestia Entre los encargos dispuestos por Euristeo , la captura de la Cierva de Cerinea destaca por su singularidad. No se trataba de domar una bestia destructora, sino de apresar un animal de belleza y velocidad sobrenatural, una criatura consagrada a la diosa Artemisa . Este relato, transmitido desde la antigüedad, presenta un desafío de perseverancia, respeto y contención dado que la presa no era un monstruo convencional. Las fuentes enfatizan su carácter divino y sus atributos extraordinarios. El historiador Diodoro Sículo , en su "Biblioteca Histórica" , la describe como un animal "más veloz que cualquier flecha", de una estatura y fuerza fuera de lo común. Apolodoro , en su "Biblioteca" , añade un detalle crucial: poseía cuernos de oro y pezuñas de bronce. Esta descripción no es meramente fantástica; simboliza su condición de criatura intocable, consagrada a la divinidad. Su captura suponía un riesgo no físico, sino relig...

El jabalí de Erimanto

I. El Jabalí de Erimanto  El Jabalí de Erimanto constituye el cuarto de los doce trabajos impuestos a Heracles por el rey Euristeo . Según relata Apolodoro en “Biblioteca” , la misión consistía en capturar vivo a esta bestia descomunal que asolaba la región de Erimanto, en Arcadia, destruyendo cosechas y aterrorizando a sus habitantes. Otras fuentes, como Diodoro Sículo en “Biblioteca Histórica” , confirman este episodio como una de las pruebas fundamentales del héroe. La ejecución de la misión demostró el ingenio de Heracles al servicio de su fuerza bruta. Como narra el mismo Apolodoro, Heracles no intentó matar al animal en un enfrentamiento directo, sino que lo persiguió incansablemente por las laderas nevadas del monte Erimanto hasta agotarlo por completo. Una vez la criatura quedó exhausta, logró inmovilizarla con sus redes y, tal como ordenaba el encargo, la cargó sobre sus hombros para llevarla viva ante Euristeo. Este momento de la captura fue tan icónico que poetas co...

Acto II, Escena VII de "Como gustéis" de William Shakespeare

El verdor del acebo en el invierno Blow, blow, thou winter wind, Thou art not so unkind As man’s ingratitude; Thy tooth is not so keen, Because thou art not seen, Although thy breath be rude. Heigh-ho! sing, heigh-ho! unto the green holly: Most friendship is feigning, most loving mere folly: Then, heigh-ho, the holly! This life is most jolly. Freeze, freeze, thou bitter sky, That dost not bite so nigh As benefits forgot: Though thou the waters warp, Thy sting is not so sharp As friend remembered not. Heigh-ho! sing, heigh-ho! unto the green holly... Sopla, sopla, viento invernal, No eres tan cruel como la ingratitud humana; tu mordedura no es tan aguda, porque no se te ve, aunque tu aliento sea rudo. ¡Ay-ho! canta, ¡ay-ho! junto al acebo verde: La amistad suele fingirse, el amor es pura locura: Entonces, ¡ay-ho, el acebo! Esta vida es goce. Hiela, hiela, cielo amargo, Que no muerdes tan cerca como los favores olvidados: Aunque deformes las aguas, tu aguijón no es tan punzante como el...

Comienzo del invierno

  I. El ocaso de las Pléyades y el repliegue de la vida A partir del 8 de noviembre, las Pléyades -esa bandada de palomas que escapan de Orión - se ponen al amanecer. En la antigüedad, este evento astronómico marcaba el comienzo del invierno , señalando que el gran velo entre el mundo y el Hades se hacía más delgado. Con su ocaso, las estatuas de Deméter se transforman en roca. La diosa de la vida no ha desaparecido, sino que se ha retraído, petrificada por un dolor que la vuelve parte misma del paisaje inerte. Su silencio es tan vasto como los campos helados. En este vacío, Perséfone reina en el inframundo y Hécate nos acerca los rigores del frío y la muerte, completando la tríada del repliegue cósmico . Es el tiempo en que la naturaleza y el espíritu se sumergen en las aguas de Lete , descansando, hibernando o muriendo, en un necesario olvido que permite la futura renovación. II. El Banquete del agradecimiento  Antes o después de ese día, en un acto de fe sublime, una rama...

La hidra de Lerna, cuando el mal se regenera

I. Los orígenes de una bestia inmortal La Hidra no era un animal común, sino una entidad nacida de las fuerzas primordiales del caos. Pseudo-Apolodoro en su "Biblioteca" la describe como una descendiente de Tifón y Equidna , una genealogía que la sitúa como hermana de otros flagelos como Cerbero . Su hogar era la ciénaga de Amimone en Lerna , un lugar que era considerado una de las entradas al Inframundo , lo que añadía un carácter sagrado y siniestro a su presencia. Su forma física era la pesadilla hecha carne: un cuerpo de serpiente y múltiples cabezas. La cantidad varía según el autor; mientras Píndaro sugiere un número manejable, otras tradiciones, recogidas posteriormente, la dotan de cincuenta o incluso cien. Sin embargo, su verdadero horror no era el número inicial, sino su cualidad esencial: por cada cabeza cortada, dos nuevas crecían en su lugar. Además, una de esas cabezas era dorada e inmortal, haciendo a la criatura esencialmente invencible para cualquier gue...

Los doce trabajos y el león de Nemea

I. Los doce trabajos de Heracles Profundizar en los orígenes de los Doce Trabajos nos permite entender la magnitud del castigo y la profunda crisis personal y divina que desencadenó este episodio que movilizó a los dioses y llegó hasta los confines de la tierra. La fuente principal y más antigua que lo relata es Pseudo-Apolodoro en su "Biblioteca Mitológica" , aunque también aparece en las tragedias de Eurípides y, posteriormente, en autores romanos como Diodoro Sículo e Higino . La historia no comienza con un acto de heroísmo, sino con un episodio de locura, que arrastra a Heracles a la tragedia y lo sumerge en una amarga culpa.  II. La locura infligida por Hera y el asesinato  Heracles - Ἡρακλῆς ,   Hércules en latín- era hijo de Zeus y la mortal Alcmena . Alcmena fue descendiente de Perseo y esposa de Anfitrión . La reina fue engañada por Zeus, quien tomó la forma de su marido para unirse a ella durante una noche prolongada por arte divino. Dio a luz a dos hijos ...

Cronos

"Saturno devorando a su hijo" por Peter Paul Rubens (1638)  I. El nacimiento de los Titanes: los primeros soberanos En la cosmogonía helénica, Cronos emerge como el más joven de los doce Titanes , descendientes de las dos deidades primordiales: Gea -la Tierra- y Urano -el Cielo-. Su nacimiento se produjo en un contexto de profunda tensión, ya que Urano, temeroso del poder de su propia descendencia, impedía el alumbramiento de sus hijos al mantenerlos confinados en el seno de Gea. La Titanomaquia , por tanto, encuentra su origen no en la generación de Cronos, sino en la de su padre. Gea, dolorida por esta opresión, forjó una hoz de adamante y pidió ayuda a sus hijos. Solo Cronos, el más decidido y ambicioso de los Titanes, se atrevió a responder al llamado de su madre para desafiar la tiranía de su padre. Este acto fundacional establece a Cronos no como una deidad malvada en sus inicios, sino como el instrumento de la justicia divina y del orden natural, encargado de liberar ...

Plenilunio de Zeus, padre de los Dioses -y del Hombre-

I. El soberano del Olimpo y su legado En las tradiciones helénicas, Zeus se alza como el soberano indiscutible del Panteón, una deidad cuya influencia se extiende sobre todos los aspectos de la existencia. Como recoge Hesíodo en su "Teogonía" , tras destronar a su padre Cronos , Zeus estableció un nuevo orden cósmico del cual él era el centro y garante. Para lograr ese objetivo tanto la titanomaquia como la  gigantomaquia  fueron episodios cruciales. Su figura se constituye como autoridad celestial y hace uso del poder del rayo y el dominio celestial. Su vasta y compleja descendencia incluye tanto a inmortales como mortales excepcionales. Esta prolífica paternidad no era un mero capricho, sino un mecanismo fundamental a través del cual su voluntad y sus atributos se manifestaban en el mundo, poblando la tierra de héroes , dotando el Olimpo de nuevas divinidades y tejiendo el destino de ciudades y pueblos a través de sus linajes. Esta extensa progenie abarca ...

Filotimia, honor innato

  I.  Filotimía, φιλοτιμία La filotimía - φιλοτιμία - es un concepto griego de difícil traducción literal, compuesto por phílos  -afecto, amistad- y timḗ   -honor, estima-. Aunque su etimología podría sugerir simplemente "amor al honor", en la cultura griega, especialmente desde la Antigüedad, designa algo mucho más profundo y polisémico. En su sentido más pleno, filotimía nombra un conjunto de virtudes que articulan la vida ética y comunitaria: generosidad, sentido del deber, hospitalidad, gratitud, lealtad, sacrificio personal y compromiso con el bien común. No alude a una búsqueda narcisista de prestigio, sino a una disposición interna que impulsa a actuar con integridad, incluso cuando no hay reconocimiento externo. II. La filotimía a través de los autores En la Grecia clásica, filotimía tuvo connotaciones ambivalentes - Platón puede emplearla irónicamente como «ansia de honor»-, pero con el tiempo se consolidó como una virtud profundamente positiva, sobre to...

"Boda negra" por Julio Flórez

Oye la historia que contome un día el viejo enterrador de la comarca: era un amante a quien por suerte impía su dulce bien le arrebató la parca. Todas las noches iba al cementerio a visitar la tumba de la hermosa; la gente murmuraba con misterio: es un muerto escapado de la fosa. En una horrenda noche hizo pedazos el mármol de la tumba abandonada, cavó la tierra… y se llevó en los brazos el rígido esqueleto de la amada. Y allá en la oscura habitación sombría, de un cirio fúnebre a la llama incierta, dejó a su lado la osamenta fría y celebró sus bodas con la muerta. Ató con cintas los desnudos huesos, el yerto cráneo coronó de flores, la horrible boca le cubrió de besos y le contó sonriendo sus amores. Llevó a la novia al tálamo mullido, se acostó junto a ella enamorado, y para siempre se quedó dormido al esqueleto rígido abrazado.

La importancia del culto a los muertos

I. Ofrendas florales en las honras fúnebres Los primeros registros arqueológicos que evidencian el uso de flores en rituales funerarios se remontan a hace aproximadamente 13.700 años , en tumbas encontradas en el actual Israel . En estos enterramientos, los investigadores hallaron restos de plantas utilizadas para revestir y decorar las tumbas, lo que sugiere una intención simbólica y ritual en el uso de flores para despedir a los fallecidos. Otro hallazgo clave proviene de la famosa excavación de la cueva Shanidar en el norte de Irak en 1951. Allí se descubrieron restos de polen y fragmentos de al menos ocho especies de flores silvestres en tumbas neandertales , lo que indica que ya en tiempos prehistóricos se realizaban ofrendas florales como expresión de duelo y memoria. Estas evidencias sitúan el uso de flores como parte del culto a los muertos entre las formas más antiguas de actividad ritual documentada por la humanidad. El culto a los difuntos posee profundas raíces también ...

Prácticas funerarias en el Helenismo

En una estela funeraria griega del siglo IV a.n.e., Phylonoe , una madre joven, contempla con melancolía a su hijo pequeño, ahora en brazos de otra mujer. El niño, con los brazos extendidos hacia ella, intenta alcanzarla en un gesto de anhelo desesperado, encarnando la desgarradora fractura entre el mundo de los vivos y el reino de los muertos. I. La ausencia de dogmas en el tratamiento del cuerpo sin vida La singularidad del mundo helénico en materia funeraria se manifestaba en su resistencia a establecer normativas universales. Herodoto , en sus "Historias" , señala con asombro cómo "cada pueblo considera sus propias costumbres como las más nobles", reflejando esta pluralidad aceptada. Esta flexibilidad contrastaba radicalmente con civilizaciones contemporáneas como la egipcia, donde el ritual de momificación estaba codificado sacerdotalmente, o la persa, donde la exposición de cuerpos siguiendo tradiciones zoroástricas respondía a mandatos religiosos estrictos. L...