La veneración a los ancestros en el contexto del helenismo no era únicamente un acto de devoción personal, sino una práctica fundamental para mantener la cohesión social y la memoria colectiva . En la espiritualidad helénica, la relación entre los vivos y los muertos se basaba en una continuidad trascendente, en la que los ancestros no solo influían en el destino de sus descendientes, sino que también actuaban como intermediarios entre el mundo humano y lo divino. En el ámbito del culto doméstico, la figura del oikos - la unidad familiar- ocupaba un lugar central. El hogar no solo era el espacio físico donde se vivía, sino también un lugar consagrado que preservaba la esencia de la familia. Los altares domésticos y las ofrendas regulares a los lares y penates (espíritus protectores) integraban la espiritualidad cotidiana, vinculando a los vivos con las generaciones anteriores. Este acto de conexión aseguraba que los ancestros, ya sea en su forma terrenal o espiritual, fueran re...
Independientemente del origen patricio y romano de la Parentalia , la luna llena de hoy merece ser celebrada con los ojos puestos en los ancestros . Es simple: nosotros somos porque ellos fueron , y gracias al esfuerzo y sufrimiento de muchos miles de seres humanos que lograron sobrevivir y ayudaron a vivir a otros, estamos vivos en este preciso momento. No todos los padres son buenos padres, ni todos los hijos son buenos hijos, y no todas las familias son funcionales. Sin embargo, es innegable que, si al nacer no hubiésemos contado con la asistencia de otro ser humano, no habríamos sobrevivido. Tal es la fragilidad de nuestra especie que necesitamos de los otros para poder llegar a ser adultos. En nuestra interdependencia hay, también, belleza y generosidad . Más allá de los casos particulares, la especie humana es una gran familia multitudinaria. Los lazos de aquellos que consiguieron llegar a edad reproductiva y dar a luz, los de aquellos que cuidaron a su prole —o a una prole—,...