Helén, hijo de Deucalión: Padre de los griegos
En el relato cosmogónico de los antiguos griegos, tras la corrupción de la humanidad de la Edad de Bronce, Zeus desató un gran diluvio para castigar a los hombres. Sólo una pareja piadosa, Deucalión y Pirra, fue salvada, y con ellos comenzó una nueva humanidad. De su unión nació Helén (Ἕλλην), quien no debe confundirse con Helena de Troya, pues no fue una mujer ni una figura del ciclo épico, sino el primer varón de la nueva humanidad helénica, el patriarca epónimo de todos los griegos.
I. Origen tras el diluvio: el nuevo comienzo
La fuente más temprana que relata el diluvio es Apolodoro quien describe cómo Deucalión y Pirra sobrevivieron en un arca durante nueve días y noches hasta que las aguas descendieron. Consultaron entonces al Oráculo de Temis, una de las titánides quien les indicó que repoblaran la tierra lanzando los “huesos de su madre” -las piedras de la Tierra, Gea- tras de sí: de las piedras que lanzó Pirra nacieron las mujeres; de las que lanzó Deucalión, los hombres.
Del matrimonio de ambos nació Helén. Aunque la mayoría de las fuentes lo describe como su hijo directo, algunos autores le atribuyen un origen divino: Helén es presentado en la "Biblioteca" de Apolodoro como hijo de Deucalión y Pirra, pero también se menciona otra tradición en que es hijo de Zeus y una ninfa.
II. Padre de las tribus griegas
La importancia de Helén no reside sólo en su nacimiento postdiluviano, sino en su descendencia. Según Apolodoro: “Helén, hijo de Deucalión, se unió a la ninfa Orseis, hija del río Céfiso, y con ella engendró a tres hijos: Doro, Juto y Eolo”. El río Céfiso (Κηφισσός en griego) es uno de los cursos de agua más emblemáticos de la Grecia antigua. El Céfiso de Beocia, que nace en las laderas del monte de los supervivientes, el monte Parnaso, atraviesa Fócide y Beocia, y desembocaba originalmente en el lago Copaide, hoy desecado.
Cada uno de los hijos de Helén se convirtió en el fundador epónimo de las tres principales ramas de los griegos: Doro: padre de los dorios; Eolo: padre de los eolios; Juto: padre de Ion, de quien descendieron los jonios, según Pausanias.
Así, Helén aparece como el tronco común de toda la genealogía étnica griega, integrando en su linaje tanto a los pueblos del norte como a los del Ática y el Peloponeso.
III. Una genealogía legitimadora
El hecho de que Helén fuera considerado hijo del piadoso Deucalión, o incluso del propio Zeus, otorgaba a los griegos una legitimidad divina y heroica. Hesíodo, no menciona a Helén directamente, pero podemos enmarcar su nacimiento en la Edad de los Héroes, cuando los dioses aún engendraban linajes ilustres entre los mortales.
El arquitecto romano Vitruvio, en su obra "De Architectura", afirma que la esposa de Helén se llamaba Ftía, nombre que remite a la región homónima en Tesalia, lo que vincula a Helén con la cuna de los mirmidones y con el origen remoto de la estirpe de Aquiles.
IV. Presencia en el imaginario griego
Pausanias, en su "Descripción de Grecia", menciona que en la región de Ftiótide se rendía culto a Helén como fundador y que allí se encontraba su tumba. Esto indica que su figura no fue solamente un mito genealógico, sino también un elemento vivo del culto heroico, parte del paisaje sagrado de la Hélade.Estrabón también lo cita como ancestro común y explica que el nombre de "helenos" se aplicó primero a un pequeño grupo en Tesalia, y luego se extendió a todos los griegos: “Antes se llamaban pelasgos, luego helenos, por Helén, hijo de Deucalión.”
Esta expansión del nombre refleja cómo la figura de Helén sirvió de eje integrador de una identidad común, útil en un mundo griego dividido por polis pero unido en lengua, culto y origen legendario.
V. El nombre que unió a los griegos
Helén es el símbolo del renacer griego, el primero de una nueva humanidad surgida tras el castigo divino, y el padre de todos los linajes que poblaron la Hélade. Su figura encarna una memoria común en un mundo diverso, y su estirpe, mezclada con la sangre de ninfas, ríos y dioses, legitimó los orígenes heroicos de las principales etnias helénicas.Mientras que Helena de Troya fue causa de división entre griegos y troyanos, Helén fue la raíz de la unidad entre todos los pueblos griegos. Su nombre, Ἕλλην, no es sólo el de un individuo: es el nombre que todos los griegos llevan con orgullo desde hace siglos.
El nombre que los griegos usan para su país es Hellas (Ἑλλάς), y ellos mismos se llaman hellenes (Ἕλληνες), en honor a Helén, el padre de todos los griegos.
En los siguientes días conoceremos a los progenitores epónimos de los pueblos griegos: Egimio, Téctamo, Ión, Aqueo, Éolo, Juto, Arcas y Doro, considerados los fundadores de etnias y conquistadores de regiones helenas. Ellos son parte del relato de cómo las distintas poblaciones griegas se vinculan con los dioses o los héroes. Así, Ión, es padre de los jonios; Aqueo, de los aqueos y Éolo, de los eolios.
Comentarios
Publicar un comentario