El verdor del acebo en el invierno Blow, blow, thou winter wind, Thou art not so unkind As man’s ingratitude; Thy tooth is not so keen, Because thou art not seen, Although thy breath be rude. Heigh-ho! sing, heigh-ho! unto the green holly: Most friendship is feigning, most loving mere folly: Then, heigh-ho, the holly! This life is most jolly. Freeze, freeze, thou bitter sky, That dost not bite so nigh As benefits forgot: Though thou the waters warp, Thy sting is not so sharp As friend remembered not. Heigh-ho! sing, heigh-ho! unto the green holly... Sopla, sopla, viento invernal, No eres tan cruel como la ingratitud humana; tu mordedura no es tan aguda, porque no se te ve, aunque tu aliento sea rudo. ¡Ay-ho! canta, ¡ay-ho! junto al acebo verde: La amistad suele fingirse, el amor es pura locura: Entonces, ¡ay-ho, el acebo! Esta vida es goce. Hiela, hiela, cielo amargo, Que no muerdes tan cerca como los favores olvidados: Aunque deformes las aguas, tu aguijón no es tan punzante como el...
I. El ocaso de las Pléyades y el repliegue de la vida A partir del 8 de noviembre, las Pléyades -esa bandada de palomas que escapan de Orión - se ponen al amanecer. En la antigüedad, este evento astronómico marcaba el comienzo del invierno , señalando que el gran velo entre el mundo y el Hades se hacía más delgado. Con su ocaso, las estatuas de Deméter se transforman en roca. La diosa de la vida no ha desaparecido, sino que se ha retraído, petrificada por un dolor que la vuelve parte misma del paisaje inerte. Su silencio es tan vasto como los campos helados. En este vacío, Perséfone reina en el inframundo y Hécate nos acerca los rigores del frío y la muerte, completando la tríada del repliegue cósmico . Es el tiempo en que la naturaleza y el espíritu se sumergen en las aguas de Lete , descansando, hibernando o muriendo, en un necesario olvido que permite la futura renovación. II. El Banquete del agradecimiento Antes o después de ese día, en un acto de fe sublime, una rama...