I. La llegada de las Pianepsias
En las siguientes semanas vamos a comenzar el mes del Pianepsión. Si seguimos la lógica del calendario ático, el Pianepsión comenzaría el 21 de octubre de 2025 al atardecer, justo tras la luna nueva. El mes se extendería hasta la siguiente luna nueva, que será hacia el 20 de noviembre de 2025. El séptimo día del mes de Pianepsión marca la celebración de las Pianepsias, entonces el séptimo día sería el 27 de octubre de 2025, comenzando al atardecer del 26.
Como adaptación, nosotros celebramos las Pianepsias como una fiesta solar, el próximo 7 de octubre. Esta adaptación tiene que ver con la interpretación de que es una fiesta en honor a Apolo. Este año la celebración coincide con el plenilunio de Afrodita y con un eclipse, circunstancia que afecta el carácter sagrado del ritual del eiresioné, sin opacar la ceremonia de colocación de las ramas de laurel en los dinteles. Esta coincidencia celestial añade una dimensión simbólica única a nuestra preparación del banquete y a la elaboración de las ofrendas. Afuera habrá un equilibrio perfecto entre la luz solar que declina y el resplandor lunar que alcanza su máximo esplendor para menguar.
II. El banquete de mediodía
El nombre de la festividad, Pianepsias, proviene directamente del griego antiguo: de las palabras "pyanos", que designaba una variedad específica de haba, y "epso", que significa hervir o cocer. Por lo tanto, su traducción literal es "la Fiesta de las Habas Cocidas", un nombre que deja claro que el ritual culinario era el corazón del evento.
Esta celebración ateniense, en honor al dios Apolo, giraba en torno a la ofrenda de un plato ritual "panspermía". Este término, compuesto por "pan" -todo- y "sperma" -semilla o grano-, se traduce como "la mezcla de todas las semillas". Se trataba de una olla con granos y legumbres cocidos que simbolizaba la abundancia de la cosecha y la unidad de la comunidad alrededor de los frutos de la tierra.
Por ello, el corazón de la celebración es un austero banquete de mediodía. En la actualidad podemos preparar un plato similar, aunque con legumbres y hortalizas a nuestro alcance, como judías, guisantes o incluso patatas, acompañados de huevo y laurel. Esta combinación, más allá de su simplicidad, está cargada de significado. El laurel, consagrado a Apolo desde los relatos de la "Odas Píticas" de Píndaro, representa la luz y la purificación del dios solar. Y hemos de cortarlo fresco antes de consagrarlo al dios y echarlo en la olla.
La panspermia evoca directamente la ofrenda comunal de los primeros frutos de la cosecha, un acto de gratitud y unidad que refleja el origen mismo de la festividad. Como relatan fuentes como Plutarco en su "Vida de Teseo", esta conmemoración tiene sus raíces en el regreso de Teseo a Atenas tras vencer al Minotauro, momento en que él y sus compañeros ofrecieron una sencilla comida con los últimos restos de sus provisiones.
En la actualidad, este día sirve para reconocer cómo la fuerza del sol comienza a declinar. Es un momento de transición, donde se agradece lo recibido y se prepara el hogar para los meses venideros.
III. La preparación del eiresioné
Tras la comida, nos dirigimos a un punto elevado de la ciudad para preparar el eiresioné. La construcción del mismo se hace con rama de laurel u olivo que utilizamos previamente, siguiendo la descripción que hace Hesiquio de Alejandría en su "Lexicón".
La rama es envuelta o adornada con cintas de lana blanca pura. Este objeto ritual no es una mera decoración; es una ofrenda tangible para que el dios proteja nuestros hogares a lo largo del año. Su elaboración es un acto que refuerza los lazos y la intención colectiva de propiciar un futuro favorable. Por eso ha de hacerse un eiresioné para cada uno de nuestros seres queridos.
El eiresioné culmina su función al ser colocado sobre el dintel de la puerta principal de la casa. Allí, como un vigía silencioso, ha de permanecer intacto durante meses. Esta costumbre, mencionada también por Aristófanes en su comedia "Los caballeros", tiene como objetivo bendecir y proteger el hogar. Su presencia continua sirve como recordatorio constante de la devoción familiar y de la confianza en la protección divina, alejando toda influencia negativa y asegurando la estabilidad del hogar.
IV. Un símbolo de esperanza y gratitud
Para el observador externo, el eiresioné puede parecer solo una rama adornada. Sin embargo, para quien lo coloca, encarna el deseo de alejar las presencias oscuras y la confianza en el ciclo que culmina. Las Pianepsias son, en esencia, una plegaria materializada: se ruega a Apolo un año solar de paz y plenitud, al tiempo que se le agradece solemnemente por los favores ya concedidos, cerrándose así un círculo de adoración, creencia y divinidad.
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