Flegias es una figura intrigante de la cosmología dodecateísta, cuyo legado trágico y violento se ha expandido a lo largo de diversas obras literarias. Su historia está empapada de traición, ira y venganza, reflejando la frágil relación entre los humanos y los dioses en la antigüedad.
Felgias o Phlegyas fue el rey de los Lapitas, una tribu de Tesalia famosa por sus luchas contra los centauros. Flegias es especialmente conocido por ser el padre de dos figuras cruciales: Ixión, un mortal que desafió a Zeus, y Coronis, una de las amantes del dios Apolo. Coronis, mientras estaba embarazada de Asclepio, el futuro dios de la medicina, se enamoró de Isquio, un mortal. Al descubrir la infidelidad, Apolo no actuó directamente, sino que envió a su hermana, Artemisa, la diosa cazadora, para ejecutar su venganza. Artemisa mató a Coronis, pero Apolo, incapaz de dejar morir a su hijo no nato, rescató al bebé del cuerpo de su madre y lo entregó al sabio centauro Quirón para que lo criara.
Este trágico evento desencadenó la furia de Flegias. Indignado por la muerte de su hija a manos de un dios, incendió el famoso templo de Apolo en Delfos, una acción que selló su destino. Apolo, en represalia, lo mató, asegurándose de que su castigo no terminara con su vida mortal.
Aunque Flegias muere, su historia no termina allí. Su figura reaparece en importantes obras literarias, donde es condenado a sufrimientos eternos que reflejan su desafío a los dioses.
En "La Eneida" de Virgilio: En este poema épico latino, Flegias es retratado sufriendo en el inframundo, atormentado por su rebelión contra los dioses. Desde su castigo, Flegias lanza una advertencia eterna a aquellos que lo ven: “No desprecien a los dioses”, una lección sobre la inevitable retribución divina.
En "La Tebaida" de Estacio, la tortura de Flegias adopta una forma aún más cruel. Es sepultado bajo una roca por la furia Megaera, y se ve obligado a observar un banquete que nunca puede alcanzar, un símbolo claro de la desesperación y el sufrimiento perpetuo.
En "La Divina Comedia" de Dante: Flegias también aparece en el "Infierno" de Dante, transportando a Dante y Virgilio a través del río Estigia, que en esta obra se presenta como un pantano donde yacen los iracundos y los melancólicos. En este rol, Flegias es el barquero de las almas de los condenados, una figura de ira eterna, incapaz de encontrar paz o redención.
Flegias es un personaje que, aunque no tan famoso como otros de la mitología griega, representa de manera poderosa la idea de la ira descontrolada y el desafío hacia los dioses. Su venganza por la muerte de su hija, aunque comprensible desde el punto de vista humano, fue vista como un acto de arrogancia y desobediencia hacia lo divino. Esto lo condenó a un tormento eterno, utilizado por los poetas clásicos y medievales para advertir sobre las consecuencias de desafiar a las fuerzas superiores.
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