Ir al contenido principal

Eros: el dios del deseo


Eros
(Ἔρως / Érōs), cuyo nombre significa "deseo", representa una fuerza primigenia, esencial para la creación y el impulso de vida. Su imagen ha evolucionado en el imaginario popular a lo largo de los siglos, desde una entidad cósmica primordial hasta el joven travieso y caprichoso que lanza flechas de amor, tal como se le retrataría más tarde en el arte clásico.

En su versión más arcaica, según la tradición de Hesíodo en su obra Teogonía, Eros es uno de los primeros seres que emergen del Caos, junto a Gea -la Tierra- y Tártaro -el inframundo-. En este relato es una fuerza cósmica fundamental que permite la creación, la atracción entre los elementos y, por lo tanto, el nacimiento del universo. Su papel aquí va más allá del simple amor romántico; es la energía vital que impulsa el crecimiento y la reproducción.

Sin embargo, la representación más popular de Eros, y quizás la más conocida, proviene de una tradición posterior que lo describe como el hijo de Afrodita, diosa del amor, y Ares, dios de la guerra. Esta genealogía le otorga una dualidad interesante, ya que combina los impulsos de amor y deseo con la pasión y la agresión. Como hijo de Afrodita, Eros preside sobre el deseo físico y emocional, mientras que su relación con Ares le da un matiz de intensidad y confrontación, reflejando cómo el amor puede ser tanto placentero como doloroso.

Según Eratóstenes, Eros era también el protector del amor entre hombres que se expresaba en lugares como los gimnasios y palestras, donde los hombres jóvenes se entrenaban en el atletismo, y donde se erigían estatuas de Eros para subrayar la conexión entre el ejercicio físico y el deseo amoroso. Aquí, el dios era visto como un guía y protector del vínculo entre amantes masculinos, y su imagen solía adornar estos espacios como símbolo de inspiración y belleza.

En la Grecia clásica también se concebía el Eros en las relaciones pedagógicas y eróticas entre jóvenes y adultos. En este contexto, Eros se asociaba con el Eros paidikós (ἔρως παιδικός), que se entendía como una relación idealizada entre un erastes -amante adulto- y un erómeno -amado joven-, típica de la educación aristocrática griega.

A menudo, Eros era representado como un joven alado, con una lira o, más comúnmente, con un arco y flechas, símbolos de su capacidad para "herir" los corazones de los mortales con amor. Estas flechas podían causar un deseo irresistible o incluso una obsesión fatal, recordándonos que el amor, bajo la influencia de Eros, era tanto una bendición como una fuente de tormento.

En el arte y la literatura, Eros también aparece acompañado de diversos símbolos que refuerzan su conexión con el placer, la pasión y la naturaleza sensual del amor. Entre estos están los delfines, que simbolizan la alegría y la libertad del mar; las flautas que evocan el placer musical; los gallos, como símbolo de virilidad; rosas, flor asociada al amor; y antorchas que sugieren la intensidad del deseo que arde en los corazones.

A lo largo de la historia, la imagen de Eros fue cambiando. Como hemos comentado, para los romanos, Eros fue asimilado a Cupido, el travieso dios del amor, representado como un niño alado que dispara sus flechas para encender pasiones incontrolables en los humanos y dioses. Esta figura es más ligera y juguetona en comparación con el Eros cósmico y poderoso que encontramos en la tradición griega antigua.

El renacimiento retoma esta visión de Eros como dios-infante que juega con los corazones de mortales y dioses. Y lo vuelve a catapultar como la representación omnipresente que encarna la fuerza incontrolable del amor y el deseo.

Para el psicoanálisis, el Eros fue un concepto introducido por Sigmund Freud que representa la pulsión de vida. Esta pulsión impulsa a los individuos a buscar amor, conexión y placer sexual, y es fundamental para la supervivencia y la reproducción. Una visión más afín a la percepción original del Eros como fuerza primordial responsable de la creación misma.

Freud contrapone Eros a Tánatos, la pulsión de muerte, que representa las fuerzas destructivas y agresivas. Según Freud, la vida psíquica está en constante equilibrio entre estas dos fuerzas: Eros busca la unión y la creación, mientras que Tánatos tiende hacia la disolución y la destrucción.

El Eros freudiano no se limita únicamente al ámbito sexual, sino que también incluye aspectos de la sensualidad, el enamoramiento, la vinculación y la vitalidad. Representa una fuerza que nos impulsa a establecer conexiones significativas con otros y a buscar la satisfacción de nuestras necesidades y deseos.

“En el principio, surgió Eros, el más hermoso de los inmortales, que desata los miembros y, en todos los dioses y en todos los hombres, doma la mente y la voluntad”. Teogonía de Hesíodo, siglo VIII a.e.c.





Comentarios

Entradas populares de este blog

Iaso, la recuperación de las enfermedades

Iaso es una figura menos conocida pero significativa entre los hijos de Zeus . Asociada con la curación y la salud, Iaso es, según algunas fuentes, hija de Zeus y de Epíone , cuyo nombre significa  "la suave"  o  "la calmante" , diosa y madre vinculada a la curación del dolor y el sufrimiento físico. Al estar relacionada con el ámbito de la medicina y la sanación, se la considera, en ciertas tradiciones, una de las hijas de Asclepio , el dios de la medicina. Iaso representaba, en un sentido específico, el acto de la curación en proceso y aunque no protagoniza grandes relatos épicos o hazañas legendarias, es mencionada en varias fuentes antiguas en el contexto de la medicina. Por ejemplo, en el poema épico "Los Oráculos Caldeos" , se la menciona como uno de los espíritus o deidades benévolas que presiden sobre la salud, invocada en tiempos de enfermedad junto con sus hermanas y padres. Asimismo, se le nombra en algunos himnos y oraciones, en las que los f...

Los idus de marzo: La historia cambia en un día

"La muerte de César" por Vincenzo Camuccini (1798) Los idus de marzo son célebres en la historia por ser una fecha que marcó el fin de la República romana y alteró el curso de la antigüedad. A mediados de cada mes, especialmente cuando coinciden con la luna llena, los días 13 o 15 eran percibidos por los romanos como momentos cargados de augurios y, a menudo, de malos presagios. La noción de suerte y destino tenía un peso significativo en la espiritualidad y las creencias de los romanos. Los idus de marzo, en particular, quedaron asociados para siempre con la traición y el asesinato de Julio César en el año 44 a.C., un evento que nos sigue impactando como una historia inquietante llena de conspiraciones y tragedias humanas. Plutarco recuerda que Julio César fue advertido por un vidente de que correría un gran peligro durante los Idus de Marzo, pero el estadista romano no tomó en serio la advertencia. Camino a su embocada en el Senado le dijo con mofa: "Los idus de ma...

Eubuleo y Carme

Eubuleo , cuyo nombre en griego antiguo (Ἐβουλεύς o Ἐυβουλεύς) significa "el buen consejero" , ocupa un lugar significativo en relación con los Misterios Eleusinos . Este personaje está estrechamente vinculado a Deméter , diosa de la fertilidad, la cosecha y los ciclos de la vida, cuya influencia impregna muchos aspectos de las tradiciones eleusinas. Según diversas narraciones, Eubuleo tiene un origen diverso. En una tradición, se le considera hijo de Carmánor , un sacerdote cretense relacionado con los ritos de purificación, lo que resalta su conexión con el aspecto ritual y sagrado del culto. En esta interpretación, Eubuleo es a su vez padre de Carme , estableciendo un linaje divino vinculado a la fertilidad y la prosperidad. Carme —o Karme— era una diosa menor de la cosecha. Según las fuentes, era hija de Eubuleo o de Casiopea y Fénix , el hijo de Agenor . Carme es más conocida por ser la madre de la diosa Britomartis , también llamada Afaya en Egina y Dictina en Creta, fr...