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Mentis


La historia de Mentis es una fascinante mezcla de pasión, celos, injusticias y metamorfosis. Mentis, también conocida como Menthe o Minte, era una ninfa asociada al río Cocito, un río que corría hacia el inframundo. 

Una versión dice que Mentis moraba en el Hades como sirviente de Perséfone. Era una sierva complaciente y abocada a servir a Perséfone, pero el carácter de la diosa se había vuelto cada vez más colérico. Después de que Hades la secuestrara y engañara para condenarla a quedarse a su lado, Perséfone había dejado de ser una inocente doncella para llenarse de ira y transformarse en una reina déspota. Como reina del hermético mundo de los muertos de donde nadie sale -salvo Hermes y Hékate-, la diosa había acabado encarnando su rol implacablemente. 

Por más esfuerzos que Mentis hizo por complacerla, y por muy meticulosa que era al cumplir cada orden. la furia de Perséfone acabó matándola. Dicen que por un detalle nimio, la diosa se enojó con su pobre esclava y la fulminó sin piedad. Fue tal injusticia que el Olimpo entero se estremeció ante semejante cruel asesinato.

Otra versión dice que Mentis fue amante de Hades antes de que él conociera a Perséfone. Luego, cuando fue desplazada, Mentis, consumida por los celos, proclamó que superaba en belleza a Perséfone y que Hades eventualmente se aburriría de su nueva esposa y regresaría con ella. Esta afirmación provocó la ira de Perséfone, quien no toleró tal osadía.

Y así como hay versiones opuestas sobre la inocencia o el atrevimiento de Mentis, también hay versiones divergentes sobre qué pasó después de su muerte. Algunas narrativas sugieren que fue Perséfone quien, en un acto de represalia, pisoteó a Mentis y la transformó en la planta de la menta. Otras versiones indican que fue Deméter quien, irritada por las palabras de Mentis, la aplastó y de la tierra surgió la planta aromática. También hay relatos que mencionan que fue el propio Hades quien, compadecido por el destino de Mentis, la convirtió en menta para preservar su memoria.

Sin embargo, la versión más benévola es aquella que dice que los dioses se apiadaron del homicidio cometido y la transformaron en una planta de inigualable verdor, para que cubriera las húmedas tierras. El ardor en la boca que sientes cuando muerdes la menta es producto de la rabia que siente la sierva ante la injusticia cometida por Perséfone. 

En la antigüedad, la menta era conocida por sus propiedades y se utilizaba en distintos rituales. Enmascaraba el olor de los cuerpos en los rituales funerarios y era un ingrediente del kykeon, una bebida consumida durante los misterios eleusinos.

La etimología del nombre Mentis, con el sonido característico "-nth-", como en otras palabras de origen pre-griego, sugiere la antigüedad del vocablo. Este relato no solo refleja las complejas relaciones entre los dioses del panteón griego, sus tensiones e injusticias, sino que también simboliza la transición entre las estaciones del año, entre la muerte y el renacimiento de la naturaleza, entre aquello que caduca y aquello que perdura.


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