"La serpiente de metal" por Jusepe Leonardo (1630-1640)
La serpiente es un símbolo destacado en la espiritualidad del Mediterráneo. Este animal está presente en múltiples tradiciones religiosas y espirituales —egipcias, judías, panteístas—, donde se le atribuyen cualidades omnipresentes, divinas y poderosas.
Según los textos hebreos, Moisés levantó una serpiente de bronce sobre un báculo para curar a los israelitas que sufrían mordeduras letales de serpientes. Este objeto sagrado, conocido como el Nehustán, se convirtió en un símbolo de sanación, aunque más tarde fue rechazado por considerarse objeto de idolatría.
Para los dodecateístas, el báculo de Asclepio es equivalente al Nehustán. Este emblema, todavía visible en los logotipos y símbolos asociados con la medicina y los servicios de salud, encarna el poder curativo atribuido a las serpientes.
En la iconografía asociada a Apolo, el dios de la luz, las artes y las pestes, también se representa frecuentemente una serpiente enroscada en una rama, simbolizando que la curación es una de sus virtudes complementarias.
Las serpientes, llamadas najash en algunas tradiciones, eran consideradas portadoras de curación y bienvenidas en los santuarios y balnearios consagrados a Asclepio. Su presencia, y en particular su reptar sobre los enfermos, era interpretada como un buen presagio y una señal de sanación inminente.
Este sincretismo enriquece nuestras tradiciones religiosas al incorporar antiguos elementos y perspectivas. El sincretismo religioso fusiona y combina diferentes tradiciones religiosas, creencias y prácticas. Ha ocurrido -y ocurre- desde hace milenios de manera natural cuando diferentes culturas y religiones interactúan y se influyen mutuamente. Similares elementos comparten similares significados. Así, encontramos puntos de encuentro en la iconografía de la sanación.
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