La noche de las velas es una noche de luna llena consagrada a las nueve Musas: Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania. Para ello, se encienden nueve velas o cirios, uno por musa y se dejan arder durante buena parte de la noche. Luego, esas velas consagradas serán utilizadas para otros ritos a lo largo del año. Las velas de las musas iluminan la habitación entre los hilos de humo que dibuja el incienso. Hubo un tiempo donde las artes se consideraron relacionadas con la divinidad. Las musas -de ahí deriva la palabra música- conectaban al Hombre mortal con lo divino. Hijas predilectas de Zeus, cada una encarnaba una manifestación artística diferente. Veneradas por los hombres en busca de su inspiración, utilizaban a los mortales como medios para expresarse. Bajo esta concepción, el Hombre es un medio y no el artífice de la obra y las obras artísticas se emparentan bajo una misma fuerza. Hoy concebimos una obra como producto de un
Los dioses griegos en el 2022. Dodecateísmo actual.
Esta poesía está grabada en una placa en la entrada del cementerio de Porteña (Provincia de Córdoba, Argentina).
ResponderEliminarTambién se encuentra en una placa de mármol blanco con letras doradas en la entrada del cementerio de San Miguel, provincia de Buenos Aires, donde se adjudica la autoría de este hermoso poema a Francisco Acuña de Figueroa. ¿Podría alguien confirmarlo?
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