Ir al contenido principal

Dioscuros: Castor y Pólux



Los Dioscuros, tal como se conocen a Castor y Pólux, representan el ideal de la hermandad, la valentía y la lealtad. Su historia comienza con un relato de amor y seducción que involucra a Zeus, quien, atraído por la belleza de Leda, decidió transformarse en cisne para acercarse a ella. De esta unión nacieron Pólux y Helena, quienes compartían una naturaleza divina, y Castor y Clitemnestra, que nacieron de la unión entre Leda y su esposo Tíndaro, rey de Esparta, y por tanto, eran mortales. Así se formaron dos pares de gemelos que, según algunas interpretaciones, compartían una misteriosa dualidad entre lo humano y lo divino.

Castor y Pólux no solo destacaban por su parentesco especial, sino también por sus habilidades y hazañas. Castor era famoso por su destreza como domador y jinete, un don que lo convertía en un guerrero invaluable en cualquier combate montado. Pólux, por su parte, era un boxeador excepcional, conocido por su valentía y su fuerza sobrehumana, herencia directa de Zeus. La combinación de sus talentos los hizo invencibles en la batalla, y juntos participaron en numerosas aventuras que consolidaron su reputación.

Uno de sus primeros grandes logros fue unirse a la expedición de los Argonautas, liderada por Jasón, en busca del Vellocino de Oro. Castor y Pólux mostraron su valentía en numerosas ocasiones durante este viaje. Se cuenta, por ejemplo, que durante una terrible tormenta en alta mar, los gemelos fueron capaces de calmar los vientos y guiar a la tripulación a salvo. Según relata Apolonio de Rodas en Las Argonáuticas, se pensaba que tenían el don de proteger a los marineros, y por ello fueron adoptados como los patronos de los navegantes. Se les atribuía la capacidad de conjurar luces protectoras que aparecían sobre los mástiles de las naves en medio de tormentas, conocidas como "fuegos de San Telmo" en la tradición moderna.

Otra de sus hazañas más notables fue el rescate de su hermana Helena, raptada por Teseo, rey de Atenas. Castor y Pólux, enfurecidos por el secuestro, lanzaron un ataque contra Atenas y, tras liberar a Helena, tomaron como rehenes a Etra y a Esio, madre y hermano de Teseo, respectivamente. Este acto fue visto como un símbolo de su inquebrantable lealtad hacia su familia, y contribuyó a consolidar su fama como héroes protectores de la justicia y del honor familiar.

La historia de Castor y Pólux, sin embargo, culmina en una tragedia que resalta la fuerza de su vínculo fraternal. En una disputa con sus primos Idas y Linceo por el reparto de un rebaño de ganado, Castor fue herido mortalmente por Idas. Pólux, quien presenció la muerte de su hermano, fue incapaz de aceptar la pérdida. Desesperado, clamó al padre de los dioses, Zeus, y le suplicó que le permitiera compartir su inmortalidad con Castor, de modo que pudieran estar juntos, incluso en la muerte.

Movido por la devoción de Pólux, Zeus accedió a su deseo y les ofreció una vida compartida entre el Olimpo y el Hades, permitiéndoles alternar su existencia entre el mundo de los dioses y el más allá. Cada día, uno de los hermanos vivía en el Olimpo mientras el otro se encontraba en el Hades, y al siguiente intercambiaban lugares. Este sacrificio los unió en una dualidad eterna, simbolizando el amor fraternal que supera incluso las fronteras de la muerte.

Zeus quiso honrar el sacrificio y amor de los hermanos colocándolos en el firmamento como la constelación de Géminis. Esta constelación, visible en los cielos nocturnos, representa la inmortalidad de su vínculo y se considera un símbolo de hermandad y lealtad inquebrantable. De hecho, numerosos textos antiguos, como los de Virgilio en su obra Geórgicas, citan a los gemelos como guías de los navegantes y protectores celestiales. Para muchos, mirar hacia las estrellas de Géminis es recordar la promesa que los hermanos hicieron de nunca separarse, ni siquiera en la muerte.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Apolo, un dios con CV

 Ἀπόλλων no es el dios del Sol, tampoco lo era para los helenos. Apolo representa la peste, la plaga y la epidemia, pero también la creación y la vida. Es una antítesis y como toda entidad compleja, con el paso del tiempo cobró cada vez más significado hasta que, hacia comienzos del primer milenio, acabó acaparando la figura de Helio, el dios del sol. Es curioso porque hay, en el panteón, figuras que representan las mismas fuerzas que Apolo encarna. Para ser tutor de las Artes, están las Musas; para ser dios de la salud, tenemos a Asclepio; para dios de la destrucción, está Hades.    La novedad es que Apolo es el dios oracular por excelencia y el dios de la armonía. Y es que hay en el ciclo de creación y destrucción una evidente armonía de fuerzas -que en el 98% de las veces se salda con la extinción- evolutivas. Apolo tiene un origen que dista de poder considerarlo “el más griego de los dioses”, hay referencias bíblicas que lo identifican con el demonio o con ot

Adonia: el regreso con Perséfone

La celebración de la Adonia, tal como lo hemos adelantado, consiste en pequeños rituales muy significativos. En primer lugar, un “brindis fúnebre” por la vida que dejamos.  Utilizamos para ello zumo de granada mezclado con alguna bebida alcohólica -preferentemente Ratafía-. La ratafía, hecha con la sangre de la menta -entre otras hierbas silvestres- será nuestro último trago. Se exprime la granada y sus semillas caen y se mezclan con la bebida y se toma de un golpe.  El simbolismo de la semilla de granada -la cual condenó a Perséfone al Hades-, y su consumo se hace en honor al engaño con el que Hades que nos conduce a la muerte.   La granada era una planta con la que se decoraban los monumentos fúnebres. Por eso, posteriormente cogemos una granada entera y sin cortar por persona, velas pequeñas y nos vamos en dirección al cementerio una vez caída la noche. Esa granada que arrojamos será nuestro alimento y reserva para el más allá. Lo ideal es subir a un montículo para poder arrojarla

Las confesiones de la noche gay

No importa tu género ni tu orientación sexual, podrás hacer tuya nuestras voces si conoces la noche y el ambiente. Tampoco te fijes si eres gay, lesbiana o bisexual, hoy simplificaremos pacíficamente toda la variedad en un único grupo. Es noche abierta y abandonas la comodidad de tu casa para relacionarte con otra gente, qué pasa cuando se acaba la hora del sexo ¿también eres homosexual fuera de la cama? Al menos teóricamente, los gays han creado espacios exclusivos que facilitan el encuentro entre iguales. Esto sucede sobre todo en las grandes ciudades de Occidente, en las cuales los gays, a pesar de ser una minoría social, han podido superar el dictamen de la norma y consolidarse como grupo. Hablamos de los chats, discos, bares, saunas, cines, zonas de ligue y encuentro que forman el ambiente gay. Ahora bien, a medida que han avanzado las décadas, el ambiente parece ser un invento que ha dejado insatisfechos a muchos homosexuales, hasta el punto que para algunos, el orgu