Orión, el legendario cazador, es una figura que ha capturado la imaginación de muchas generaciones. Hay varias versiones sobre su origen, y una de ellas menciona que Orión fue concebido por Zeus, Poseidón y Hermes. Según esta versión, los tres dioses visitaron a un anciano llamado Hirieo, quien deseaba tener un hijo. Los dioses, en agradecimiento por su hospitalidad, vertieron su orina en la piel de un buey y la enterraron en la tierra, de donde nació Orión.
Orión fue dotado con una fuerza y estatura colosales, características que le permitieron destacarse entre los héroes de su tiempo. Su vida estuvo llena de aventuras y desafíos, desde su deseo de casarse con Mérope, la hija del rey Enopión, hasta su ceguera inducida por Dionisio como castigo por su osadía. Sin embargo, su determinación lo llevó a viajar hacia el este, donde los rayos del sol curaron su vista.
En Creta, Orión se convirtió en un cazador excepcional, acompañado siempre por su fiel perro Sirio. Su habilidad era tal que incluso cazaba bestias en el inframundo y en los cielos. Trabajó como escolta de Artemisa, la diosa de la caza, y su relación con ella varía según las distintas versiones. En una, se convierte en su favorito, pero su orgullo lo lleva a afirmar que podía destruir a todas las bestias del mundo, lo que ofendió a Gea, la diosa de la Tierra, quien le envió un escorpión cuya picadura le causó la muerte.
Otra versión cuenta que Apolo, hermano de Artemisa, celoso de la relación entre su hermana y Orión, engañó a Artemisa para que matara a Orión con una flecha. Devastada por la pérdida, Artemisa pidió a Zeus que colocara a Orión en el cielo como una constelación, donde aún hoy puede ser visto, eternizado entre las estrellas junto a sus perros de caza -Canis Mayor y Canis Menor- y una liebre -.Lepus-.
Orión no tuvo descendencia, y Zeus se encargó de colocar al escorpión (Scorpius) lejos del cazador en el firmamento, para que cuando Orión se encuentre en la bóveda celeste, se agitan los bravos vientos y las fuertes tempestades y sea invierno; Mientras que Scorpius brilla en nuestro hemisferio norte durante el verano.
Orión es reconocible a simple vista en una noche estrellada y nos sirve de guía para encontrar a los gemelos de Géminis o a Tauro, así como a Sirius, su fiel perro.
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